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¿Problemas con las Matemáticas?

No es algo dProblemas con las matematicasesconocido reconocer que las dificultades en Matemáticas son socialmente más aceptadas que aquellas asociadas a la Lectura y Escritura. Generalmente, al presentar un problema en el área del Lenguaje, el niño es inmediatamente derivado al Psicopedagogo, sin embargo, al detectarse en el área de las Matemáticas, tanto padres como profesores, privilegian el área del Lenguaje, ya que suponen que las competencias asociadas son más necesarias en cualquier carrera universitaria. Es por eso, que las consultas a especialistas asociadas a dificultades en las Matemáticas suelen provenir de niños y adolescentes que se encuentran en Quinto o Sexto Básico en adelante, donde ya se han producido vacíos en contenidos.

Es por esta razón que se hace necesario tener presente aquellas conductas, -que como síntomas-, nos pueden ayudar para solicitar de manera oportuna un diagnóstico y/o tratamiento de un especialista.

En relación a las dificultades de aprendizaje más frecuentes en matemáticas, éstas se pueden separar según las edades. Lo más normal es que en Kinder y Primero Básico se presenten dentro del proceso de aprendizaje de esta asignatura, lo que es esperable, ya que se están aprendiendo nuevos contenidos. Sin embargo, es importante estar alerta desde temprana edad, para así prevenir futuras dificultades que se pueden desarrollar a partir de segundo básico, donde los contenidos son más complejos y necesitan de aquellos conocimientos previos adquiridos con anterioridad.

Se pueden evidenciar: inversiones de números (3 por 5, 25 por 52, etc.). Estas son esperables durante la etapa Preescolar y hasta los primeros meses de 1 Básico,  sin embargo, hay conductas asociadas que nos pueden ayudar a la hora de pedir un diagnóstico Psicopedagógico. Por ejemplo, la dificultad que presenta un niño al contar elementos dentro de un conjunto, en donde pierden el orden de enumeración, saltándose números y llegando al cardinal equivocado. Por otro lado, los niños suelen presentar dificultades relacionadas a la orientación espacial, organización espacial y lateralidad, no sólo en ejercicios que involucren los números, sino también al copiar dibujos o seguir instrucciones orales, como por ejemplo, reconocer derecha e izquierda o invertir un dibujo al copiarlo, etc.

Otro tipo de dificultades son aquellas asociadas a la encolumnación de los números al momento de realizar una operación aritmética, en donde no se escriben los números teniendo presente el valor de la posición que tiene ese número en el contexto de la operación aritmética. Si un niño debe sumar 15 más 25, al ordenarlos de manera vertical, no escribe en correspondencia las unidades con las unidades y las decenas con las decenas, lo que lleva a un resultado errado. En muchas ocasiones se maneja y conoce el algoritmo involucrado, sin embargo, la inadecuada encolumnación induce al error.

Por otro lado, los niños presentan, lo que en Psicopedagogía denominamos Reversión en el Orden Operatorio. Esto quiere decir que los niños, al realizar una operación aritmética, comienzan a realizar el procedimiento por el camino equivocado. Es decir, al sumar 38 más 12, comienzan por la decena y luego por la unidad, llegando a un resultado errado: ya que dicen “3 más 1 es 4 y 8 más 2 es 10, llegando al resultado 410”. Podemos observar, que se manejan conceptos asociados a la operatoria, como los es el reconocimiento de la simbología, lo que se traduce en reconocer que la operación aritmética presentada es una adición. Es por esto, que al tratar este tipo de dificultades es importante observar el proceso completo y no sólo el resultado, para así brindar la ayuda necesaria.

Es importante destacar que cuando éstas dificultades ocurren al comienzo de la Enseñanza Básica, pueden ser normales dentro del proceso de aprendizaje, ya que se involucra lateralidad, organización y orientación especial, que requieren mas tiempo para su desarrollo. Si estas dificultades persisten en un segundo semestre, es importante consultar con el Psicopedagogo, para determinar las dificultades asociadas y la intervención a dicha problemática. Así se evita que en cursos posteriores, en donde las matemáticas se vuelven más abstractas, no se agudicen estos problemas.

Otra dificultad asociada a la operatoria, es la que se presenta al momento de realizar adiciones, sustracciones o multiplicaciones, con o sin llevadas. Por ejemplo, cuando un niño se enfrenta a una sustracción como 100 menos 82, muchas veces, el famoso “pedirle prestado a…” se realiza de manera automática, sin comprender el por qué. En este sentido, es importante que los niños comprendan que el “pedirle prestado a….”, significa descomponer, es decir, el 100 se descompone en 10 decenas pasando hacia la posición de las decenas, siendo ésta la razón por la cual sobre el primer 0 se escribe otro 1, que no se traduce en una unidad, sino en una decena (10), que luego se vuelve a descomponer, pero esta vez en unidades, y es por eso que sobre el último 0 se escribe nuevamente  un 1, y en el anterior ya no quedarían 10, sino 9. Recién en este momento, el niño está preparado para realizar la sustracción. Sin embargo, el proceso descrito, es en muchas ocasiones automatizado, carente de comprensión, lo que lleva a una mecánica mal entendida.

En este tipo de dificultades es importante trabajar el sistema decimal, que es el que utilizamos para construir los números ( existen el 0,1,2,3,4,5,6,7,8 y 9, los que se van combinando de tal manera que se forman nuevos números ). Es fundamental trabajar la formación de la decena, centena, unidad de mil, etc., para así comprender cómo se forman y cómo se escriben los números, en el sentido que el número 10 se escribe así, porque quiere decir que hay 1 grupo con 10 elementos juntos y ninguno suelto, y así sucesivamente.

Por último, están las dificultades asociadas a la Resolución de Problemas. Este aprendizaje, en término de jerarquía de los aprendizajes matemáticos, es el último en adquirirse, en el sentido de que si un niño no maneja alguno de los conceptos previos, como números, simbología, valor de posición, sistema decimal, operatoria y lenguaje específico de las matemáticas; difícilmente logará resolver un Problema de Enunciado Verbal, ya que requiere de una adecuada comprensión, traducción a lenguaje matemático, elección de la operación requerida para llegar a la solución, realización de la operatoria y finalmente, revisar si verdaderamente, con los pasos mencionados, se llegó al resultado correcto. Es fundamental conocer dónde se encuentra la problemática, porque si un niño comprende lo que debe hacer, reconoce los datos relevantes del problema, identifica la operatoria, pero presenta dificultades a nivel de ejecución de la operatoria, no podríamos determinar que la dificultad radica en la Resolución de Problemas, por el contrario, la problemática se presenta en términos de ejecución del algoritmo de la operación matemática que lleva al resultado y no en la Resolución del Problema propiamente tal. En este sentido, se debe tener claridad en qué parte del proceso implicado en la operatoria se está fallando, ya que detectando esto, el niño logrará resolver los problemas matemáticos.

Otro problema que se asocia a la Resolución de Problemas Matemáticos Verbales, radica en la dificultad para reconocer la operación matemática que me lleva a la solución. Acá no se observan dificultades a nivel de operatoria ni ejecución de la misma, sino a nivel de comprensión y lenguaje específico de las matemáticas. Los niños muchas veces no logran reconocer la operación que los lleva a resolver el problema, no saben si deben sumar, restar, multiplicar o dividir. Entonces la Intervención Psicopedagógica o ayuda Pedagógica debe estar enfocada al manejo del lenguaje matemático. Por ejemplo, que juntar significa sumar, quitar, restar; repartir, dividir; triplicar, multiplicar, etc.

Todos estos síntomas deben poner en alerta no sólo a la familia, sino también al profesorado, para así solicitar la ayuda del especialista de manera oportuna. No sólo cuando la problemática se hace insostenible, sino cuando ésta se encuentra fuera de los parámetros del grupo curso, más que en términos de normalidad o anormalidad. Un diagnóstico precoz tiene mejor pronóstico que uno en cursos más avanzados, ya que de esa manera la Psicopedagogía no cumple un rol meramente remedial, sino preventivo, potenciador y de intervención. En síntesis: mientras antes….mejor.