Instituto EOS Chile

Motricidad bucofacial: Bases de la educación terapéutica y de la reeducación

Los principios de la educación terapéutica de la motricidad bucofacial son los mismos adoptados para la educación terapéutica de la motricidad de la locomoción y de las actividades manuales.

En primer lugar, es conveniente reducir el estado de contracción muscular, teniendo en cuenta a la vez su distribución postural y las circunstancias de aparición:

  1. Contracciones basales (contracciones que existen ya en estado de reposo, es decir, cuando el individuo no se propone realizar ninguna acción, por lo que no tiene que luchar contra la gravedad).
  2. Contracciones aumentadas por factores como ruido, amenaza, picadura, etc.
  3. Contracciones aumentadas por descargas emotivas.
  4. Contracciones que se producen o aumentan por un esfuerzo voluntario.
  5. Contracciones que aumentan con la intervención de los mecanismos antigravitatorios.

Hemos señalado anteriormente que la distribución postural de las contracciones predomina sobre los músculos extensores del cuello, haciendo que la cabeza adquiera una posición que recuerda la de los cérvidos. Esto significa que, antes de comenzar una situación educativa y reeducativa debe corregirse rigurosamente esta postura anormalmente exagerada.

APTITUDES MOTRICES BUCOFACIALES INNATAS

En este momento debemos describir las respuestas motrices obtenidas en los recién nacidos desde los primeros días de vida para precisar la técnica de estimulación útil en caso de alteraciones cerebromotrices.

Mencionaremos brevemente las observaciones realizadas en un grupo control de recién nacidos entre 1 y 6 días de vida. Dichas observaciones muestran que además de los «reflejos» de los puntos cardinales, descritos por André-Thomas, existen comportamientos bucofaciales innatos que no van a desaparecer.

Por lo que concierne a esta descripción, podemos señalar la relación existente entre los estímulos producidos y las respuestas motrices.

Los estímulos se describen en el orden en que resulta más fácil examinar la motricidad bucofacial del niño:

1. Cuando el recién nacido se encuentra en el estado fisiológico 111 de Prechtl, el contacto del dedo del examinador sobre las zonas externas (epidérmicas) de los labios produce una opresión de los labios.

2. Si se golpea ligera y simultáneamente los labios sobre su contorno, éstos se aprietan de forma prolongada (de 2 a 3 segundos). Cuando el dedo del examinador

toca la mucosa de los labios, se observan las la respuestas descritas por André-Thomas rr

3. Cuando se toca de lleno la mucosa, desde el primer contacto, el labio inferior 1 avanza y la lengua avanza más allá de las encías y en forma de punta viene a tocar el dedo (teniendo en cuenta las variaciones individuales morfológicas), pero el contacto de la lengua es ligero. Si la lengua no avanza hasta tocar el dedo estimulador, entonces se puede tocar la encía inferior y luego el labio inferior mediante un movimiento de retirada del dedo deslizándolo de una zona a otra. En este momento, la punta de la lengua viene a tocar el dedo.

4. Si mediante una segunda estimulación el dedo se sitúa más allá de la lengua como para empujarla hacia atrás, ésta se endurece en la región de la punta.

5. Si se toca directamente la lengua deslizando el dedo por los bordes laterales de la lengua, ésta sigue al dedo con un movimiento activo lateral. Si el dedo efectúa las mismas estimulaciones apoyando con más fuerza en los bordes, el observador nota que éstos se endurecen.

6. Si desliza el dedo sobre una de las partes laterales de la lengua, dirigiéndolo en dirección de la zona de la encía homo-lateral, donde aparecerán los premolares, y apoyando un poco sobre la lengua, se observa cómo ésta efectúa automáticamente un movimiento complejo, retrocede ligeramente, pasa por detrás de la encía inferior y se desvía lateralmente torciéndose en un movimiento helicoidal. Este movimiento complejo será utilizado más tarde para empujar los alimentos bajo los premolares y los molares antes de triturarlos.

7. Cuando la yema del dedo toca la lengua en su parte media, ésta se deprime en su centro y los bordes laterales se enderezan formando un canalón que asciende globalmente hacia el paladar y hace que el observador sienta su dedo completamente

aprisionado, al mismo tiempo que comienza la succión.